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domingo, 24 de marzo de 2013

Mi Extinto Desconocido (Relato)


Crimen Pasional (?) 




Eran las 19:00 horas de un martes  en Agosto,  corría el año 1999 en que yo sólo contaba  18 años.  Venía llegando con mi madre de casa de uno de mis tíos, pero no lo había encontrado nada de grato el visitarle. Al entrar a casa me quité los zapatos y esparcí mi ropa por toda la habitación, encendí mi equipo de música esperando impaciente la madrugada, así me dormí.
Cuando por fin desperté mire el reloj que marcaba las 03:07 exactas. La madrugada que yo tanto esperaba había llegado. Rápidamente me puse en pie y me vestí, saliendo, como de costumbre a dar un paseo por los alrededores.
Fue en una callejuela muy poco transitada donde lo vi… Un joven alto, delgado de cabello largo, castaño, tomado en una coleta atrás. Tenía un cigarrillo en sus manos. Al pasar por su lado me miró y me dijo ¿Tienes fuego?  - Si, aquí tengo, toma, y le facilité mi encendedor. Luego de prender su cigarrillo hiso un ademán de devolverlo y retiró el encendedor antes que yo lo pudiera alcanzar. Sonrió, ¿Cuál es tu nombre? Me preguntó ante lo cual no pude ocultar mi sorpresa, mi nombre es Ágata, respondí también sonriendo (mientras me preguntaba cuáles serían sus intenciones).  ¿vas a algún lugar… Ágata? – No, solo paseo por aquí. Fue entonces cuando hiso la pregunta con la que firmó su sentencia: ¿Te puedo acompañar? – Ehmm si lo deseas Vamos, Acompáñame!
Dimos un largo paseo, mucho más extenso de lo que suelo acostumbrar, así fue como me enteré que el nombre de ese guapo desconocido era Víctor, y que además  era un ferviente amante del  death metal. Intercambiamos números de teléfono e insistió en ir a dejarme en la puerta de mi casa “Para que llegues bien y segura” dijo.
Dos meses después continuábamos viéndonos de madrugada, habíamos entablado una relación demasiado intensa, donde el placer sensual no estuvo ausente. Lo volví mi esclavo al tomarlo por sorpresa y cortar su pecho con mi cuchillo especialmente afilado y desinfectado para el. Solíamos confesarnos y jurarnos amor eterno hasta despuntar el alba. Nos besábamos, mordiéndonos hasta sangrar. Oh mi Víctor!
Hasta que llegó esa fatídica noche del 31 de Octubre, esa que todos conocen como Halloween o Noche de Brujas.
Vestí mi capucha negra a modo de humorada y salí antes de las 12:00 a encontrarlo, fue entonces cuando lo vi en una esquina besando a otra mujer. Sentí como la ira fluía por mis venas e invadía todo mi ser. No pude evitar escabullirme entre las sombras y seguir a esa mujer, hasta acorralarla, inserté mi puñal en su pecho y extraje magistralmente su corazón, mientras le tenía aún viva y amordazada. Limpié todas mis huellas, procuré no dejar rastro alguno y prendí fuego al cadáver. Luego volví a casa, lo preparé horneado y me lo comí. Mientras cenaba a la malograda puta ideaba un nuevo plan de acción.
Ahora me tocaba vengar mi honor, cobrarle a El por su infidelidad, jamás dejaría pasar algo así, JAMÁS!
Volví a El sonriente, como todas las noches, mi ira y amargura estaban ahora cubiertas por una sutil mascara de felicidad. Me recibió con un beso (no pude evitar sentir asco al besarlo), me acarició, luego me comentó de su día, apenas se descuidó le salté encima con un paño empapado en cloroformo.
Arrastre su cuerpo inconsciente hasta una plaza cercana, ocultándolo en las sombras de los árboles, con mi puñal extirpé su pene, corazón, cabellera y uno de sus ojos. De igual manera como hice con la puta, borre toda evidencia y le prendí fuego.  En realidad no se en que momento falleció.
Quise colgar todos los órganos extraídos a Víctor en mi pared pero hubiese tenido problemas con la ley y con mi madre así es que cuando llegué a casa se los di a mis perros que gustosos se los comieron pero quedaron pidiendo más.






No me costó superar a Víctor pero desde entonces no he podido parar de tomar vidas. He aquí mi primera experiencia. Juzgue Ud. 

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